Titulo: “El voto joven no
debería ser aprobado”
En Diciembre del año 2012, la Cámara de Senadores de la Provincia de
Buenos Aires, sancionó una reforma de la Ley Electoral que habilita a los
jóvenes a votar a partir de los 16 años de edad.
Si bien no
están obligados a hacerlo no me parece correcta esta reforma ya que considero
que no están preparados a esa edad para emitir un voto serio.
Psicológicamente
se considera madura a una persona a partir de los 18 años cuando ya terminó el
colegio secundario y se inserta en el mundo universal y laboral. Hasta un
momento dependió de los padres y si bien aún continúa dependiendo, el mundo de
la facultad y el trabajo es menos protector del que vivía en la escuela
secundaria.
A los 16
años, en muchos casos no tienen claro qué hacer con su propia vida en el
futuro, por lo tanto menos sabrán elegir a quien represente. A pesar de esto
puede existir un mínimo número de jóvenes a los que les interese la política se
interiorice en el tema, pero son los menos.
En el artículo:
“El voto joven joven debutó con 80% de presentismo y opiniones dividas”,
publicado en el diario La Nación, un lunes 12 de agosto 2013 se pone en
evidencia la falta de responsabilidad en una joven llamada Cintia que, si bien
tenía un voto decidido, lo cambió porque advirtió que no había boletas de su
candidato. En este caso traicionó su convicción personal, y perjudicó al
candidato con un voto menos.
La falta de
información puede hacer también que se deje influenciar en su elección por la
opinión de otros porque total “le da lo mismo”.
El
ejercicio democrático debe ser ejercido con mucha responsabilidad porque del
resultado depende el destino del país. Por lo tanto, no se puede tomar una
decisión a la ligera, porque las consecuencias de una mala elección perjudican
a todos. Como nuestro país sufrió muchos períodos dictatoriales, no hay
conciencia acabada de la importancia del voto. En esos períodos militares la
población no votó, se desacostumbró. Sin embargo, desde 1983 hay continuidad
con los gobiernos elegidos por el pueblo argentino y gracias a eso se toma la
votación con seriedad porque hay que defender la democracia ya que permite la
elección de un gobierno legítimo.
También es
cierto, como apunta Ricardo Rouvier en su artículo, que el Kirchnerismo logró
una gran influencia en los jóvenes, conducta que no habrán logrado los
anteriores gobiernos con la misma intensidad. Pero la participación juvenil no
implica de ninguna manera estar, preparados para votar porque en general los
jóvenes no convencen la plataforma electoral de los partidos, más bien se dejan
llevar por sus sentimientos.
En ese
sentido es correcta la opinión de Daniel Sabsay cuando sostiene que los jóvenes
no están preparados para votar. Primero deben terminar la escuela e informarse
suficientemente.
En la
mayoría de los países del mundo, la edad establecida para votar se fija en los
18 años. Sería conveniente mantener esa cifra para evitar consecuencia
negativas en nuestro país.