miércoles, 7 de agosto de 2013

UN JARDÍN, UN MISTERIO ASOMBROSO DE OTRA DIMENSION. ( Corregido Por Segunda Vez A Esponda , Laura 2 ESB NES SECUNDARIO PDL)

UN JARDÍN, UN MISTERIO ASOMBROSO DE OTRA DIMENSION.


          En un tiempo atrás, no muy lejano, hacia el Siglo XX, se encontraba fuera de la ciudad de París, una casa muy similar a un castillo.

Estaba rodeada de paredes muy antiguas, se caracterizaba por tener un extenso jardín que se observada desde la carretera.
Allí vivía el Sr. Shirtowne. Un hombre de aproximadamente cincuenta y cinco años, viudo e inmerso en una profunda depresión.

El Sr. Shirtowne, poseía en su castillo varios sirvientes; la pérdida de su esposa e hijo, lo mantenían alejado de la vida social.
Su esposa, era una bella mujer, y antes del accidente en el cual perdió su vida, se dedicaba a cultivar hermosas plantas en el inmenso jardín del castillo.

Luego del accidente, el castillo y el jardín, ya no tenían el mismo aspecto, ahora las paredes lucían desprolijas, y el jardín sumamente abandonado.

Una mañana, el Sr. Shirtowne, decidió contratar a un jardinero para poner fin a su tristeza y en honor a su amada esposa, decidió darle vida nuevamente al jardín.

Shirtowne contrató al mejor jardinero de la zona, pidiéndole que realzara nuevamente la belleza del jardín.
Los días pasaban y este jardinero intentaba recuperar la belleza del jardín.
Un día, cayendo el atardecer, el jardinero, trataba de removerlas, las malezas, cuando de pronto, su pala chocó con un objeto duro, escarbó y escarbó, hasta encontrar un antiguo y pequeño cofre, que en la tapa tenía una leyenda.

Trataba de abrirlo, pero estaba muy sellado, hacia varios intentos hasta que por fin pudo abrirlo con un afilado pico y un martillo.
Sacó sus lentes e intento descifrar la leyenda que había en el cofre. Al intentar leerlo, el cofre se abrió automáticamente y de él salieron unos misteriosos seres extraños, quienes parecieran ser fantasmas.

El jardinero estaba asustado y pálido.

Los seres extraños, giraban alrededor de él, parecían hablar un idioma muy extraño. Estos seres rápidamente lo ayudaron a embellecer el jardín. El jardinero, no podía salir de su asombro.

La noche había llegado, el jardinero, estupefacto, recogió sus herramientas, tomó el cofre y se fue a su casa.
Al día siguiente, se encontró con el Sr. Shirtowne, a quien trató de comentarle lo sucedido; pero el Sr. Shirtowne trató de convencerlo que seguramente todo lo sucedido fue producto de su imaginación.

Aunque el jardinero trató imperiosamente que el Sr. Shirtowne creyera en lo que había sucedido, éste decidió pagarle por el trabajo e invitarlo a que vaya a su casa y que descanse, ya que tal vez todo lo que le había pasado en el jardín, era producto del arduo trabajo realizado.

Al poco tiempo, el jardinero, fue internado en un psiquiátrico, ya que deambulaba por las calles del pueblo con el cofre, contando lo sucedido.


Fin.



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